Hemos llegado al punto en que en el Amazonas se talan árboles a un ritmo de 3.3 canchas de fútbol por minuto, equivalente a 18,200 Km. cuadrados por año.

En Malasia el fenómeno es aún más dramático: es tal la devastación de los bosques para plantar palmas para producir biocombustibles que ese país pasó del puesto 21 al tercer puesto como emisor de carbono producto de la deforestación.

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