Reproduzco aquí parte del Manifiesto leído en la marcha que se convocó el domingo pasado en Madrid para celebrar el Día de la Tierra 2008:

…A todas y a todos los que estamos aquí y a quienes no han podido venir pero nos acompañan, porque están de nuestro lado y piensan como nosotros, que son muchos, les damos un gran aplauso por su valiente elección: la de cuidar nuestro planeta.

A todas y a todos los que no quieren ver la realidad, a los que nos juzgan y estereotipan como agoreros y catastrofistas por querer hacer algo, por decir la verdad. A quienes se ríen de nuestro deseo de vivir sin estar preocupados por el termómetro, les queremos decir que tenemos un compromiso con la Tierra, nuestra casa, el lugar donde vivimos.

En pocos años hemos alterado la composición de nuestra atmósfera que ya no será la misma atmósfera de nuestros hijos y de los hijos de sus hijos, de nuestras selvas, de sus desiertos y de nuestros polos, hemos alterado el cielo de todos…

…Nuestros abuelos vivieron tiempos en los que se amaba la naturaleza, se vivía de ella y con ella. Quizá también se perjudicaba pero sin ser conscientes del daño que se estaba causando. Sin embargo, la situación actual ha cambiado y hoy ya no podemos decir que no sabemos. Ya somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos a nivel medioambiental. Ésta es la gran diferencia: hoy tenemos a nuestro alcance la información.

Ha llegado el tiempo de actuar, hay que frenar el cambio climático. El mundo entero está de acuerdo, así lo afirman en Naciones Unidas, Europa lo proclama… Y los ciudadanos así lo reclamamos, exigiendo que esta apuesta se traduzca en hechos efectivos y soluciones reales que mejoren nuestro entorno y nuestra salud.

…No hay dietas milagrosas. Para luchar contra el cambio climático tenemos que reducir el CO2, no sirve enterrarlo, no sirve compensarlo, hay que disminuirlo realmente. ¿Cuánto? Tanto como nos dicen los científicos, no los poderes económicos. ¿Cuándo? Ya. Sólo tenemos siete años para cambiar la tendencia de crecimiento de las emisiones. ¿Cuánto nos costará? Bastante, pero mucho menos que si no lo hacemos y supondrá mejoras en los empleos. ¿Podemos hacerlo? Sí, podemos ahorrar mucha energía que gastamos inútilmente, podemos cambiar la forma de movernos, podemos dejar de aniquilar los bosques del planeta. Tenemos decenas de tecnologías renovables, limpias, seguras, disponibles hoy en día presentes en todos los rincones del planeta.

Hoy tenemos la certeza de que miles de personas en los países empobrecidos del sur ven vulnerados sus derechos fundamentales o se ven obligados a migrar por causa de la sequía o de las catástrofes ambientales de las que no son responsables.

En nuestro tiempo ya sabemos que no se trata de una cuestión económica, como algunos argumentan, sino que fundamentalmente es una cuestión de voluntad política. Pidamos a los políticos que actúen ya, porque hoy todavía estamos a tiempo de frenar el cambio climático. Pero sabemos que mañana será tarde. Es necesario decirlo en voz alta para que lo sepan: ¡No queremos cambio climático, no nos lo podemos permitir!

Poder es querer y nosotros queremos proponer soluciones, apostando por el uso de energías limpias y renovables. Juntemos nuestras fuerzas y seamos portavoces, en nuestra vida cotidiana, de una causa que bien merece la pena, porque es de todos y a todos nos afecta. En nuestras manos está la fuerza para conseguir frenar el calentamiento global, porque somos muchos con ilusión y ganas de seguir adelante con esperanza. Porque todas y todos, desde nuestros hogares, desde nuestros trabajos y nuestras relaciones sociales, podemos y debemos actuar frente al cambio climático.

Queremos decirlo alto y claro, para que nadie pueda decir que no se ha enterado: Frente al cambio climático, ¡actúa ya!