No cabe duda de que estamos modificando el clima, pero hay personas escépticas que esperarían el paso de 100.000 años para confirmar si realmente el ser humano el responsable de las catastróficas modificaciones climáticas que le esperan al amado y único planeta Tierra.

 

A lo largo de los miles de millones de años pasados se han sucedido distintos cambios en el clima global, debidos a modificaciones en la inclinación del eje de la tierra, a la trayectoria de rotación sobre el Sol y a otras, todas ellas en un escenario de enorme magnitud. Sin embargo ahora, y con la velocidad increíble de dos siglos, unos seres minúsculos pero «jodidamente ingeniosos» parecen causar efectos impensables y devastadores en los parámetros de estabilidad del clima de la Tierra.

Somos minúsculos individuos comparados con el planeta que nos alberga, pero hemos desarrollado las técnicas suficientes para modificar el ciclo natural del CO2, emitimos más gases de efecto invernadero que los que la Tierra puede asumir. El CO2 “natural” pertenece al proceso biológico de las plantas, emiten una cantidad y en el proceso inverso la absorben, pero nosotros hemos incorporado a ese ciclo un nuevo origen, el de los combustibles fósiles, y nuestra voracidad imparable de consumo genera emisiones que alteran ese equilibrio.

Por más vueltas que le demos sólo quedan dos soluciones, encerradas en dos palabras que significan esfuerzo, sacrificio y un cambio en nuestro estilo de vida: AHORRO y EFICIENCIA.

Ahorro significa utilizar menos, consumir menos, gastar menos. Reducir el consumo energético, reducir las acciones que nos empujan a consumir excesiva energía, suspender las actividades que no justifican un despilfarro. Eficiencia significa mejorar la relación entre lo que se obtiene y los recursos que se emplean, trabajar para mejorar los procesos industriales, los motores, la movilidad del transporte, es decir, obtener los mismos resultados con menor consumo energético.

Dos simples palabras que empezarán a sonar muy pronto con tintineos constantes, porque no nos queda otro camino que Ahorrar y ser más Eficientes en el uso energético.

Empecé hablando de los escépticos, y aunque parezca que se me ha ido la olla, no es así, o si, no sé. Ya retomo el tema…

Os dejo unos vínculos, en inglés, en los que se dan respuestas a las discusiones más comunes que tendríamos con un escéptico. Están organizados en cuatro grupos: Etapas de la negación, asuntos científicos, tipos de discusión y niveles de sofisticación. Estas respuestas y su organización pertenecen a Coby Beck, que no sé quien es pero se lo ha currado de maravilla.

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    P.D.: La imagen de cabecera representa la Tierra deshaciéndose como un helado, me la envío mi mujer, gracias por ello, aunque no tiene ninguna «gracia» ver nuestro planeta así. Cuidémoslo. (Pincha en la imagen para hacerla más grande, ¿a ver si encuentras a esos seres minúsculos pero «jodidamente ingeniosos»?)