El Plan Nacional Integrado de Residuos del Gobierno de España ha decidido prohibir en el año 2010 las bolsas de plástico de un solo uso no biodegradables, pese a la oposición de la industria del plástico.

Lo mismo que hace que los artículos de plástico sean útiles para los consumidores- su durabilidad y estabilidad-, es también un problema para el medio marino. Se producen al año unas 100 millones de toneladas de plástico de las cuales alrededor del 10 por ciento terminan en el mar. El 20 por ciento del plástico que acaba en el mar proviene de barcos y plataformas, el resto de tierra.” (Greenpeace)

No hace falta mucha imaginación para pensar qué nos pasaría si nos tragamos una bolsa de plástico, algo que nuestro estómago no puede digerir en absoluto. Lo más probable es que acabemos con una obstrucción intestinal que acabe en el quirófano. Pero los animales marinos no tienen quirófanos. Las tortugas, las ballenas, los delfines, las focas, todos estos seres se ven en peligro pues el tamaño de su boca hace posible que se traguen estos materiales y acaben muertos de inanición, al tener el tubo digestivo obstruido, o asfixiados por no poder respirar al tener el plástico atascado en su boca. No hace mucho, una ballena apareció varada en la costa de Santander (España). En su estómago se encontró una bola de plásticos de desecho que pesaba unos 50 kilos.” (Mare Nostrum)

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