Nos hemos familiarizado con frases del estilo «el ser humano está matando el planeta», y no…, no es justo que englobemos a todas las personas y de todas las generaciones, pasadas y presentes. No es cierto que el ser humano este destrozando el medio ambiente, porque los responsables de esta catástrofe venidera están identificados: Tu, yo y otros tantos que no sumamos el 20% de la población mundial.
Así es, sólo una minúscula parte somos responsables de esta devastación del planeta, no le echemos la culpa a nuestros predecesores ni al resto de los seres humanos. Si nos paramos a pensar en el modelo de vida que lleva el 80% de la población mundial, menos rica y menos desarrollada que nosotros, e incluimos en ese pensamiento a nuestros antecesores, todos los que nos han precedido desde los albores de la vida, es decir nos remontamos 40 años y hacia atrás, nos daremos cuenta de algo terrible, injusto, egoísta…
Estamos consumiendo los recursos del mundo, tan sólo con el uso desmedido de unos pocos privilegiados, en un instante fugaz, de una o dos generaciones, y siendo estas generaciones una porción muy pequeña de la población mundial actual y microscópica comparada con los que ya han habitado la Tierra.
Nuestros padres reciclaban todo, y los que estaban antes, reparaban lo que podía volver a ser útil, no tenían envases que pesan más que los contenidos, no tenían aire acondicionado para superar la mejor época del año, no gastaban 300 litros/persona de combustible para viajar en avión hasta Roma, con el gran objetivo de pasear y vanagloriarse de poder permitírselo.
Nosotros, la generación del despilfarro, somos unos inconscientes, materialistas cegados por le hipnosis del éxito, seres insatisfechos y devoradores que viven en torno a un modelo de vida insostenible para el planeta, para el resto del 80% de su población y para la memoria de nuestros antecesores.
Antes de que nos demos cuenta tendremos que explicar a nuestros herederos que durante una histérica enajenación global consumimos todos los recursos de nuestro planeta.
Tendremos que disculparnos diciendo que fuimos empujados a ello, movidos, eso sí, por la inercia general del consumo vanidoso y la sociedad de la opulencia.
Secuestrados por el TENER,
poco a poco dejaremos de SER.
Feliz Día de la Acción del Blog