El impacto de los humanos en el medio natural es significativo y sigue creciendo. Actualmente hay más de 6.000 millones de personas en el planeta, y probablemente sean 9.000 a mediados de siglo. Cada una de estas personas tiene el derecho a agua limpia, alimentos, refugio y energía, lo cual tiene profundas implicaciones ecológicas, que irán a más, pues esta población creciente se traducirá en una demanda sin precedentes sobre la capacidad productiva del planeta. En estos momentos, la demanda global de recursos ya excede la capacidad biológica de la Tierra, que puede renovarlos en un 20 por ciento.

El apetito por los bienes de consumo y servicios por parte del segmento más privilegiado de la sociedad está exacerbando la presión sobre la Tierra, con consecuencias para todos. Si la presión demográfica y los niveles de consumo aumentan, la biodiversidad decrece, y la habilidad del mundo natural para continuar aportando bienes y servicios de los que depende la humanidad se irá debilitando cada vez más.

AL LÍMITE DE LA CAPACIDAD

Esto es lo que ha venido ocurriendo hasta ahora, pero el cambio climático pondrá al límite la capacidad de los ecosistemas para proporcionar bienes y servicios a la sociedad, a demás de los impactos mismos sobre los sistemas y especies naturales. Por eso, el Día Internacional de la Biodiversidad, que se celebra hoy auspiciado por Naciones Unidas, gira en torno a la «Diversidad biológica y cambio climático».

UN DECLIVE CONTINUO

La Lista Roja de especies amenazadas 2006 de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) ya revelaba nítidamente el continuo deterioro de la biodiversidad del planeta y el impacto que tiene la humanidad en la vida sobre la tierra.

Autor: A. A. L.