Las empresas han acelerado su apuesta por la sostenibilidad dentro de sus operativas de trabajo debido a que estos «intangibles» se están integrando cada vez más en sus cuentas de resultados, y no sólo en sus políticas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
Así se puso de manifiesto en el cuarto foro de debates Encuentros Verdes, organizado por EFEverde y EFEempresas en colaboración con Fundación Biodiversidad, y al que han asistido el director de Responsabilidad Corporativa de Repsol, Eduardo García Moreno; el director del área de sostenibilidad de Ernst & Young, Alberto Castilla y la fundadora de BTSA, Ana Ugidos.
Abrió el foro el director de Responsabilidad Corporativa de Repsol, Eduardo García Moreno, quien afirmó que “las empresas responsables son aquellas que satisfacen las necesidades del presente sin comprometer los recursos de las próximas generaciones”.
Para García, hay dos importantes variables en juego, en el plano social la situación causada por lacrisis, y en el plano medioambiental el problema del calentamiento global.
Hay por tanto “dos necesidades” ante las que es preciso buscar un equilibrio. Permitir que millones de personas salgan de la pobreza, y frenar dentro de lo posible el cambio climático.
Buscar el equilibrio entre desarrollo y respeto al medio ambiente
En palabras del director de Responsabilidad Corporativa de Repsol, “la energía está en el centro de la problemática del desarrollo sostenible”, y citó al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, según el cual “la energía sostenible es el hilo dorado que conecta el crecimiento económico, la igual social, un clima estable y un medioambiente saludable”.
El reto principal que se plantea es el de duplicar el peso de las energías renovables, hasta que lleguen a representar un 30%, y esto requiere “un fuerte esfuerzo inversor”.
Como ejemplo de iniciativa ha mostrado el plan ambiental puesto en marcha por la refinería de Cartagena, en la que se ha implicado a trabajadores y población local. Esto se ha hecho identificando sus necesidades y expectativas, a nivel laboral, ambiental, etc.; y aplicando ésta información a la toma de decisiones económicas.
En cuanto a la política de responsabilidad corporativa a aplicar por las empresas, para García “es importante implicarse al máximo, incluso por encima de las exigencias de la regulación, algo a lo que nosotros estamos dispuestos”.
Buscar consensos para alcanzar soluciones
El director del área de sostenibilidad de Ernst & Young, Alberto Castilla, destacó la necesidad de que las compañías consigan “hacer más con menos, disminuyendo el impacto causado en el entorno”, y que sean capaces de entender “cómo se aterriza esto en el día a día de una empresa”.
Como parte de éste empeño, la empresa organiza encuentros como el ‘Foro Global de Sostenibilidad‘, en el cual más de 50 ponentes de 15 países debatieron los temas de sostenibilidad que afectan a empresas y gobiernos, ante más de 400 asistentes.
El consenso alcanzado en dicho foro es el del convencimiento de la necesidad de un acuerdo global, que supere la división entre el bando de los países emergentes, que priorizan el crecimiento, y los países desarrollados, que buscan reducir las emisiones contaminantes.
“Una empresa no es global sólo por dónde vende, sino también por dónde compra”
Otro tema relevante fue el de los derechos humanos, y Castilla explicó que “una empresa no es global sólo por dónde vende, sino también por dónde compra“, y es que el cumplimiento de la regulación no siempre implica el respeto a los derechos humanos.
En éste sentido, recordó que los ciudadanos valoran cada vez más que las empresas sean capaces de cumplir unos criterios de sostenibilidad y respeto al entorno en el que operan. Está en juego “el concepto de valor de una empresa, si se limita al beneficio o si se puede integrar en dicha valoración el impacto positivo que se produce en la sociedad“, añadió.
Resulta importante también para Castilla la transparencia, dar al consumidor la información para que éste pueda escoger y consumir de forma responsable.
Y como colofón a su intervención, insistió en que hay que dejar de ver la responsabilidad corporativa como un gasto, sino como un activo al que poner en valor. “Desvincular el PIB de las emisiones, que no haya que contraponer desarrollo a respeto medioambiental”.
El caso de BTSA, biotecnología sostenible y responsable
Cerró el debate la socia fundadora de BTSA Biotecnologías Aplicadas, Ana Victoria Ugidos, quien aporta la visión de una empresa que desde un principio ha tenido muy presente el respeto al medio ambiente.
La actividad de la empresa es la de producción de Vitamina E y antioxidantes naturales para las industrias alimentaria, cosmética y farmacéutica, utilizando para ello un residuo del proceso de refinado de aceites vegetales.
Esta actividad la realiza BTSA utilizando dentro de lo posible energías sostenibles y renovables, así como envases reciclables.
Ugidos explica que en éste momento están abriendo una nueva planta de producción en México, y su plan es “cumplir allí las mismas políticas que cumplimos aquí”, aunque no sea obligatorio, lo cual según ella misma explica, “nos está abriendo muchas puertas”.
Hizo hincapié también la fundadora de BTSA en la importancia de que las administraciones sepan aplicar las normativas, sin provocar trabas innecesarias que, de forma no siempre justificada, limitan la operativa de las empresas.