Los gobiernos y la industria farmacéutica deben buscar mecanismos de equilibrio, que favorezcan el espíritu de la investigación y que al mismo tiempo tengan en cuenta que el mayor proyecto de protección de patentes es la identidad humana, y cada ser humano que fallece, sin acceso a medicamentos esenciales, es un desarrollo único, complejo y dotado de todas las medidas de protección internacionales recogidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aunque estos derechos parezcan inferiores frente a los del comercio.
Durante estos días los líderes del G8 se reúnen para hablar de “Innovación y Africa”, como si tales palabras se pudieran asociar. Lamentablemente las reuniones del G8 no sirven para otra cosa que para ampliar y garantizar el poder de los países muy ricos, al mismo tiempo que se ofrecen “migajas de preocupación” para que los medios de comunicación laven la cara de los más poderosos.
El parlamento español acaba de aprobar una proposición no de ley para que España se sume a los criterios de otros países que reclaman un acceso “justo” a los medicamentos esenciales. Cuantas proposiciones no de ley son como la «carta a los Reyes Magos»…
Tarde o temprano, debido a las migraciones humanas y al cambio climático, tendremos que afrontar enfermedades que nos parecen lejanas y “de pobres”. Pero mientras esperamos a que cambie la geografía siguen falleciendo miles de personas por el simple hecho de no disponer de unas medicinas básicas.
Ahora piensa en qué tipo de medicamentos hay en tu casa, luego imagina, que no lo sabes, por eso imagina, lo que tienen en un chamizo en Senegal, ¿acaso imaginas que en el armarito del cuarto de baño tienen ansiolíticos, antidepresivos, tranquilizantes…?, ni tienen enfermedades de “sociedades ricas y desequilibradas” ni tienen armarito, ni cuarto de baño.. En España gastamos miles de millones de euros en medicamentos de primer nivel… Piensa en ello: