Bajo el amparo y la distracción de la crisis, se están entregando miles de millones de euros de los fondos públicos a sectores, bancos e industria automovilística, que han generando enormes dividendos para sus accionistas y beneficios políticos para sus países.

Para la ayuda al desarrollo o la lucha contra el Cambio Climático no hay fondos especiales. Mientras, 29.000 niños mueren cada día por causas fácilmente evitables y en los próximos años, por efectos ambientales, más de 100 millones de personas se convertirán en refugiados forzosos lejos de sus hogares. Este drama no parece preocupar a los políticos, porque la pobreza no vota ni da poder, y mucho menos les preocupa el futuro más que su beneficio presente.

Ahora recibo una nota de Greenpeace en la que informan que las presiones de la industria automovilística y la excusa de la crisis económica han logrado que el Parlamento Europeo no apruebe ahora una normativa ambiciosa para limitar y reducir la contaminación que genera este sector. Tan sólo han dejado definido un objetivo de reducción para el año 2020.

Como siempre, a parte de informar y de concienciar, os invito a ejercer nuestro deber de protesta, para hacerles saber a los políticos que nuestro dinero no se regala a cambio de nada, y menos a cambio del clima.

Desde Greenpeace piden que nos dirijamos "al Ministro de Industria D. Miguel Sebastián, quien ahora es encargado de consensuar el Plan Integral del Automóvil para enero 2009, pidiéndole que ponga estrictas condiciones medio ambientales a toda ayuda al sector para que el dinero de los ciudadanos no se transforme en una subvención al cambio climático sino que vaya prioritariamente a acelerar la reducción de las emisiones de CO2 de los coches, de forma mucho más ambiciosa que el resto de Europa, a 120 g/km de CO2 para 2012 y a 80 g/km para 2020".

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