Las energías alternativas no son sólo una manera de esquivar los combustibles fósiles o combatir el cambio climático, también son un terreno propicio para hacer grandes negocios. Pero, en muchas ocasiones, los adelantos tecnológicos se quedan estancados en el laboratorio por la falta de espíritu empresarial de sus creadores.

FUENTE | Público 07/12/2007

El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), en Boston, uno de los principales centros de innovación tecnológica del mundo, se ha tomado el problema muy en serio. Sus responsables han creado el mayor concurso de energías limpias de EE.UU., abierto a estudiantes y profesionales, para inyectar ideas verdes al mercado energético.

La institución anunció el miércoles que cada año premiará con 200.000 dólares (unos 130.000 euros) el mejor proyecto empresarial que haga más sostenibles las fuentes de energía existentes o bien desarrolle otras menos contaminantes.

El profesor del MIT Bill Aulet, uno de los responsables del certamen, lo resume así: "Puede ser cualquier cosa que haga este mundo más limpio". A pesar de la amplitud del concepto, el MIT tiene claro que no busca "bellezas tecnológicas", sino gente capaz de crear una gran empresa que marque la diferencia en el sector.

El concurso, explica su promotor, es a las energías renovables lo que a la música American Idol, la versión estadounidense de Operación Triunfo (OT). En lugar de grabar un disco, los premiados recibirán dinero y serán deseados por muchas empresas ávidas de sufragar su proyecto.

Los participantes deben formar equipos con un mínimo de dos personas y, aunque el certamen está abierto a concursantes de todo el mundo, al menos dos tercios de cada equipo deben ser estadounidenses. Treinta trabajos pasarán a la semifinal, durante la cual cada equipo contara con la ayuda de un experto para perfeccionar su propuesta. El fallo final del jurado se conocerá el 14 de mayo.

Los ganadores deberán ser capaces a un tiempo de desarrollar el último grito en tecnología, buscar las subvenciones necesarias y trabajar con las grandes empresas que controlan las infraestructuras. Pero no estarán solos.

Además de la dotación económica, recibirán apoyo gratuito de consultoras de comunicación y bufetes de abogados, sufragados por los organizadores para ayudarles a poner en marcha su negocio. Además del gran premio, financiado por el Departamento de Energía de EE.UU. y la compañía de luz y gas N-Star, el MIT otorgará otras tres dotaciones de 20.000 dólares.

El concurso se une a otros dos galardones que el MIT entrega hace tiempo a las mejores visiones empresariales. El MIT pretende promover así la innovación tecnológica en un sector de máxima relevancia para los EE.UU.

Mientras las fuentes de energía convencionales se agotan y las emisiones de CO2 potencian el cambio climático, la demanda energética sigue creciendo. La institución busca soluciones que permitan seguir abasteciendo a la primera economía del mundo sin agravar los problemas medioambientales que ocasionan los combustibles fósiles.

Pero mientras en otros sectores EE.UU. siempre ha demostrado una gran capacidad para buscar nuevos negocios, en el sector energético las nuevas ideas escasean. "Nuestro principal objetivo es acelerar el paso de la innovación energética y crear una nueva generación de emprendedores", concluye el profesor Aulet.

Autor:   Nuño Domínguez