La «estética» debería ser parte de la ética, más allá de lo lingüístico. La «estética» y sus derivados, tales como la buena imagen, el aseo desmedido y otras desnaturalizadas imágenes que ofrece el ser humano, son la consecuencia directa de graves atentados contra el medio ambiente. Sólo sirven para corregir nuestra necesidad de agradar a los demás y para rellenar nuestra baja autoestima.

La producción de animales para el comercio de pieles está encontrando en los países del este y en Asia un nido para alejar, el sacrificio bárbaro de los animales, de los consumidores adinerados del primer mundo. En nuestras calles deseamos tener jardines y paseantes aseados, pero a miles de kilómetros el inicio de la cadena de «la vanidad» tiene otras imágenes, sonidos y olores.

(Los vídeos que se muestran en el siguiente vínculo son extremadamente desagradables y pueden herir tu sensibilidad, no visualices todo su contenido sin no estás preparado para ello)

http://www.strasbourgcurieux.com/fourrure/spanish.php