En 1990, mucho antes de los informes del IPCC, de la subida del barril de petróleo y al sólo abrigo de una voluntad política, la ‘directiva emisión cero’ (California Air Resources Board’s (CARB) Zero Emission Vehicle Mandate), varios fabricantes de vehículos sacaron sus propuestas al mercado para cumplir con el requerimiento de reducir paulatinamente las emisiones y disponer de un 2% de vehículos no contaminantes antes del 1998.

 
El EV1 de General Motors 

Toyota, Honda, Ford y GM produjeron sus propios modelos, siendo el EV1 de General Motors el primero. Aunque la comercialización fue muy limitada, verlos en las tiendas fue una prueba que los coches eléctricos podrían llegar a ser una realidad. El EV1 recorrería 200km hasta agotar sus baterías. Si el motor eléctrico era para aquella época una novedad también lo fue el método de comercialización: No se vendían, si no que las 1.000 unidades que se entregaron eran alquiladas a largo plazo a los clientes. A los pocos años, el programa de desarrollo y comercialización fue suspendido por General Motors y retirados todos los vehículos.

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Todos los EV1 fueron retirados y amontonados como chatarra

El EV1 volvió a ser noticia en 2006 con el documental «¿Quién Mató el Coche Eléctrico?» de Chris Paine, en el que se revisaba su desarrollo, comercialización limitada y  su posterior retirada para ser destruidos, entre rumores de control y conspiración por parte del gobierno estadounidense y de las compañías petrolíferas:
Entre los sospechosos principales estaban la administración republicana del presidente estadounidense, George W. Bush, que presionó con éxito para que se anulara la ‘directiva emisión cero’.
Las compañías petroleras también manejaron sus lobbies para que los poderes públicosdejaran de subvencionar los coches eléctricos, que «podrían haber representado un peligro a largo plazo». Además, la propia General Motors se dió cuenta de que el vehículo era demasiado barato para sus usuarios,  «sin motor, no necesitaba aceite, no tenía filtros ni bujías», toda una pérdida para la industria de los coches y sus diferentes ‘filiales’.
Paine subraya además que el abandono del EV-1 fue seguido, un mes más tarde, por la compra de parte de General Motors de la empresa que fabricaba las enormes 4×4 Hummer, un modelo verdaderamente devorador de petróleo. (Fuente AFP)