El tubo de escape de los vehículos causa cinco veces más muertos que los accidentes de tráfico. Y estos datos no se van reduciendo ni se frenan, puesto que no tienen ninguna campaña divulgativa.

Con este panorama, Londres movió ficha y, para enseñar que "la letra con sangre entra", se penaliza con una multa con 1.269 euros a los vehículos más contaminantes que circulen por la ciudad. Esta multa se aplicará a todos los vehículos que sobrepasen el estándar "Euro III". Para los demás grupos hay una tarifa aplicada como un impuesto de acceso a la City.
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Fuente: Ambientum y Consumer






