Internacional — El Gobierno japonés ha confirmado el rumor de que han abandonado sus planes para matar ballenas jorobadas o yubartas en las aguas antárticas esta temporada. Sin duda, es una buena noticia y una victoria para los socios y simpatizantes de Greenpeace que a lo largo de todo el mundo se han unido a la organización ecologista para demandar a los gobiernos que actúen contra el programa de caza científico, promoviendo investigaciones no letales a través del Gran Viaje de las Ballenas.
Pero desde Greenpeace siguen a la espera de las mejores noticias que se pueden esperar: que Japón tampoco dirigirá sus arpones hacia los 935 rorcuales aliblancos y los 50 rorcuales comunes (en peligro de extinción).
La caza de ballenas no ha acabado. Japón sigue con sus planes adelante. Salvar una especie no es suficiente. Todos debemos actuar para detener esta caza absurda para siempre.
La industria ballenera ha empujado a las ballenas a la extinción casi total. Treinta años después de la moratoria, todavía se desconoce si algunas especies llegarán a recuperarse. Sí se sabe que queda tan sólo el 1% de la población de ballenas azules del Antártico, a pesar de todos los años de protección. Solamente en un caso, el de la ballena gris del Pacífico oriental, ha recuperado su abundancia original, mientras que su pariente más cercano, la ballena gris del Pacífico occidental, es la más amenazada del mundo, con tan sólo 100 ejemplares.
Fuente: Greenpeace